Hoy fue un día tan especial en la iglesia. La predicación de la palabra me llenó de fuerzas, esperanza y alegría. Ordenó mucho mis pensamientos y mi corazón.
Doy tantas gracias a Dios por los pastores que fielmente predican la palabra del Señor, y se esfuerzan en la gracia que el Señor les ha concedido.
En el día de hoy nos enseñaron acerca del sufrimiento, de los propósitos de Dios en nuestra vida a través de ellos y que podemos confiar que, si amamos al Señor, todo obra para bien.
Como discípulos de Jesús debemos aprender a aceptar el sufrimiento, y recibir del Espíritu Santo que todo lo que sucede en nuestra vida tiene como propósito que Cristo sea glorificado.
A continuación te compartiré mis apuntes de la enseñanza de hoy y espero que sean de aliento, consuelo y esperanza para ti tanto como lo han sido para mi, que podamos meditar en las palabras de Jesús y cobrar ánimo en medio de los sufrimientos.
«Tres cosas que debemos saber acerca del sufrimiento»
- El sufrimiento no es en vano. Un discípulo de Jesús debe aprender a aceptar el sufrimiento a través del cual Dios desarrolla sus propósitos. Un discípulo que nos da un ejemplo de perseverancia ante el sufrimiento es Juan. Después de sobrevivir milagrosamente a un intento de martirio, fue exiliado a la isla de Patmos. A pesar de las circunstancias difíciles, su espíritu no fue quebrantado. En su soledad, recibió una de las revelaciones mas profundas y Juan, con gran fortaleza y esperanza nos regaló el libro de Apocalipsis, la luz y esperanza que necesitamos en nuestro peregrinaje.
2. El sufrimiento nos da mayor firmeza y perseverancia.
Como en toda guerra, los soldados de Jesús seremos tentados a soltar las armas y retroceder. Debemos mantenernos firmes en la escritura de Hebreos 10:39:
«…Pero nosotros no somos de los que retrocedemos para perdición».
«Pero no olviden, queridos hermanos, que para el Señor un día es como mil años y mil años, como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan». 2 Pedro 3:8-9
Ser perseverantes (esforzarse de forma constante), es esencial en los tiempos de dificultad y para ser una persona perseverante en medio del sufrimiento, debo ser perseverante en la oración.
«Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;». Efesios 6:18
La oración constante nos hace vigilantes y entendidos.
3. Al final de cada sufrimiento / prueba / tribulación, tendremos más fe.
La fe debe ser usada como un ancla en medio de las pruebas. ¿Cómo?
- Alimentándonos de la palabra.
- Viviendo la palabra.
2 Corintios 5:7 «Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos».
Romanos 10:17 «Así que la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios».
Lucas 22:32 «Pero yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y tú, una vez que hayas regresado, fortalece a tus hermanos».
El sufrimiento es el núcleo del crecimiento.
- Las pruebas nos hacen dar fruto de paciencia. Santiago 1:2
- El sufrimiento nos atrae a mayor comunión con Dios y los hermanos. 2 Corintios 1:4. Gálatas 6:2
- El sufrimiento pone a prueba mi fe. 1 Pedro 1:6 (Es necesario que seamos afligidos/ sacudidos para que sea removido lo innecesario, lo que no es de Cristo)
- El sufrimiento afirma la esperanza de que pronto estaremos con Jesús. Romanos 8:18
- Debemos permanecer firmes en nuestro compromiso de ser fieles a Dios. Santiago 5:7-8
Seamos pacientes hasta la venida del Señor.
«Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono De Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar».
Hebreos 12:1-3
¡SOMOS VICTORIOSOS POR LA FE EN CRISTO JESÚS!